Mejillón de Galicia,
la esencia del Atlántico

Conoce su biología, las prácticas de cultivo y la tradición que hacen de nuestro mejillón un alimento único por su incomparable sabor y calidad.

¿Qué diferencia al Mejillón de Galicia del resto?

La especie producida (Mytilus galloprovincialis) que es propia de nuestras costas, junto con nuestra forma de producir en batea que salvaguarda nuestra identidad y tradición, y el entorno donde se cultiva las rías gallegas que están reconocidas como uno de los mares más ricos del mundo, dibujan un alimento único con unas características organolépticas que lo singularizan.

Su intenso y atractivo color, su inconfundible aroma a mar, su sabroso sabor, la firmeza de su carne… diferencian al Mejillón de Galicia de los demás y hacen de él un alimento único e irrepetible.

La biología
del Mejillón
de Galicia

El Mejillón de Galicia es un molusco bivalvo cuyo cuerpo está protegido por una concha con forma de hacha, con un extremo puntiagudo y el otro ancho. Esta concha, de color negro azulado, está formada por dos valvas iguales de carbonato cálcico, con líneas concéntricas denominadas estrías de crecimiento.

Escondida en el interior de la concha, el cuerpo o vianda, tiene por lo general un vivo tono anaranjado. Tonalidad que es más intensa que la de los mejillones criados en otros mares. Ello se debe a que las aguas de las rías son muy ricas en fitoplancton, que son las algas microscópicas de las que se alimenta nuestro mejillón.

Mejillón de Galicia
  • Mejillón de Galicia

    Estructura externa del Mejillón de Galicia

  • Mejillón de Galicia

    Estructura interna del Mejillón de Galicia

El mejillón se alimenta filtrando fitoplancton natural, con una capacidad de hasta ocho litros de agua por hora

  • Su reproducción ocurre de forma externa, cuando machos y hembras liberan sus gametos al mar, produciéndose la fecundación en el agua. El mejillón es móvil en sus primeras fases de desarrollo y tras pasar unas semanas nadando y creciendo en el mar, las larvas finalizan su desarrollo y buscan un lugar idóneo para su fijación, ya que el mejillón en su fase adulta es un animal sésil (sujeto al substrato).

    Para fijarse a las rocas los mejillones utilizan los filamentos de biso, que son unas fibras doradas que segregan naturalmente y que se endurecen en contacto con el mar. Otra característica del mejillón, es que es un animal gregario, que le gusta vivir en grupo, ya que de esta forma se protege tanto de predadores como del envite del mar.

  • El Mejillón de Galicia que crece en las bateas permanece siempre sumergido en el mejor sitio posible para alimentarse en abundancia, crecer y engordar. Es por esto que nuestro sistema de cultivo garantiza unas condiciones óptimas para su bienestar.

Tradición histórica

  • antigüedad

    El mejillón, un gran alimento del mar

    La relación de Galicia con el mejillón se remonta al siglo VIII a.C., cuando las primeras poblaciones costeras recolectaban mariscos durante la baja mar, como evidencian los “concheiros”, acúmulos de conchas encontrados en el exterior de sus aldeas fortificadas (castros). Con el paso del tiempo en la Gallaecia romana el consumo de mejillón se extiende a los pueblos y villas del interior.

  • siglo XVIII-XIX

    Consumo en las cortes y primeras experiencias de cultivo

    Desde las Rías Gallegas, se enviaban pequeños barriles de mejillones y ostras sumergidos en «escabeche real» a la corte real para ser consumidos por la nobleza durante la Cuaresma. Don José Cornide Saavedra, regidor de Santiago de Compostela, destacaba al mejillón indicando que «su carne después de la ostra es la mejor y es de muy buen gusto». El mejillón en estos tiempos se consumía guisado, en tortilla, frito, en pasteles y con varios condimentos…

    En esta época no existía un cultivo formal de mejillón; los mejillones se recolectaban de áreas específicas bajo concesión de algunas familias. Hacia el siglo XIX, comienzan las primeras experiencias de cultivo. Como explicaba el naturalista don Paz Graells en 1869, en Carril (Ría de Arousa) los mariscadores transformaron antiguos viveros de ostras en mejilloneras y allí se practicaba un eficaz cultivo de mejillón sobre caballetes.

  • primera mitad siglo XX

    Las primeras bateas

    Los ensayos para conseguir un cultivo estable de mejillón se intensificaron y en 1932 se instaló el primer vivero flotante de mejillón en la ría de Vigo. Lamentablemente por diversos motivos esta experiencia pionera no tuvo continuidad. Y hubo que esperar hasta los años 40 para que se iniciase el gran desarrollo de la mitilicultura gallega, gracias al propietario de «Viveros del Rial», que en 1945 decide intentar el cultivo de mejillón suspendido en la ría de Arousa.

    Esta primera batea estaba diseñada con un único flotador de madera que sostenía un entramado de madera donde se colgaban cuerdas de esparto. Los buenos resultados de este prototipo llevaron a la instalación de 10 bateas en el puerto de Vilagarcía al año siguiente.

    En 1949, se inician los fondeos en la ría de Vigo, y en 1954, se expanden a localidades como Cambados, O Grove, Bueu, Redondela y Pobra do Caramiñal. Al año siguiente, se instalan bateas en la Ría de Sada, y en 1956, en la de Muros.

  • mediados siglo XX

    Expansión del cultivo

    Las condiciones naturales propicias y el buen hacer de los primeros bateeiros hizo que el cultivo del mejillón en bateas se consolidara en unos pocos años, convirtiéndose en la principal actividad de la acuicultura española y pilar económico para muchas familias en la costa gallega.

    Durante estos años, se innovaron estructuras y métodos de cultivo; los flotadores de madera se recubrieron de cemento para aumentar la seguridad y alargar su vida útil, se usaron tirantes de cable metálico para mayor estabilidad de las bateas y algunos productores adoptaron viejos cascos de barcos como flotadores…

    Las cuerdas de esparto fueron reemplazadas por cuerdas de nailon, y se incorporaron materiales como acero y poliéster para mejorar la durabilidad, seguridad y el rendimiento de cultivo.

  • actualidad

    Popularización y obtención de la DOP

    Gracias al desarrollo la mitilicultura gallega se popularizó y extendió el consumo de mejillón en España y este marisco fue ganando protagonismo en nuestras mesas. Prueba de ello son las numerosas fiestas y romerías dedicadas al mejillón, algunas con más de cuarenta ediciones, que demuestran el arraigo que este bivalvo alcanzó en nuestra sociedad.

    Hoy en día, el Mejillón de Galicia cuenta con un reconocimiento de su calidad única a través de la Denominación de Origen Protegida (DOP), lo que añade valor al producto y protege la sostenibilidad del sector.

    Esta indicación impulsa inversiones en empresas elaboradoras y comercializadoras (depuradoras, conserveras, cocederos, elaboradores de pasteurizados,..) así como en empresas auxiliares (astilleros, construcción de ribera) y el sector servicios (finanzas, asesoramiento legal).

Rías de Galicia

Rías
de Galicia

Mapa de Galicia

Galicia cuenta más de 2.500 kilómetros de costa, y sus rías son el ecosistema perfecto para el cultivo del mejillón. Los vientos del norte empujan las aguas superficiales (más templadas) de las rías hacia al océano, lo que permite la entrada en las rías de frías aguas profundas cargadas de nutrientes.

Esas aguas fertilizan nuestra costa y permiten el desarrollo de una ingente cantidad de alimento (microalgas) que es el pasto marino del que se nutre nuestro mejillón. Las aguas de Galicia tienen fama por producir en abundancia sabrosos mariscos y pescados.

El cultivo de Mejillón de Galicia se realiza en las rías de Vigo-Baiona, Pontevedra, Arousa, Muros-Noia y Ares-Betanzos, zonas clave para su producción.

Características de las rías dónde
se realiza el cultivo de mejillón

  • Ría

    Longitud(KM)

    Superficie(KM)

    Volumen(M3)

    Profundidad max.(KM)

    Río

  • Ares-Betanzos

    19

    72

    750

    40

    Eume
    Mandeo

  • Arousa

    26

    230

    4.300

    65

    Ulla
    Umia

  • Muros-Noia

    12

    120

    2.700

    46

    Tambre

  • Pontevedra

    23

    145

    3.240

    40

    Lérez

  • Vigo

    33

    175

    3.100

    42

    Oitavén
    Lagares

Distribución de los polígonos
y bateas de mejillón en cada ría

  • Ría

    Polígonos
    de mejillón

    Porcentaje
    de bateas

    Número
    de bateas

  • Ares-Betanzos

    2

    3,10%

    105

  • Arousa

    18

    68,46%

    2.319

  • Muros-Noia

    4

    3,60%

    122

  • Pontevedra

    7

    10,13%

    343

  • Vigo-Baiona

    13

    14,70%

    498

  • TOTAL

    44

    100%

    3.387

Técnicas
de cultivo

la batea

El cultivo tradicional del Mejillón de Galicia se realiza en la batea que es un vivero constituido por un sistema de flotación sobre el que se asienta un entramado de madera de forma rectangular, del cual penden las cuerdas de mejillón.

La batea es uno de los símbolos de Galicia y de nuestras rías, un elemento característico de nuestro paisaje marino y un sistema de cultivo único perfectamente adaptado a nuestras rías.

Mediante la tradicional batea los productores gallegos son capaces de aprovechar de la manera más efectiva, desde el punto de vista socioeconómico y ambiental, las capacidades productivas naturales del mar de Galicia, logrando convertir a nuestra región en el líder europeo de producción de mejillón.

  • Batea Mejillón de Galicia
  • Batea Mejillón de Galicia
  • Batea Mejillón de Galicia
  • Batea Mejillón de Galicia

Diferentes prototipos de batea usados a lo largo del tiempo.

El cultivo del Mejillón de Galicia, una forma de artesanía natural para producir un alimento de calidad.

Un cultivo extensivo totalmente natural y sostenible que no incorpora piensos, ni fármacos, ni ningún aporte artificial. Los bateeiros aprovechan la riqueza de nutrientes de las Rías Gallegas en armonía con el entorno, produciendo la mejor proteína animal con la menor huella de carbono y ambiental.

Es una actividad viable y socialmente equitativa, pues reparte la riqueza generada entre una amplia base social, familias y empresas con un fuerte arraigo con el territorio que mantiene viva la tradición de un cultivo que pasa de abuelos a padres y de estos a hijos.

Las etapas del cultivo:

El cultivo del mejillón es un proceso circular que se inicia en las bateas cuando los mejillones liberan sus gametos al mar; continúa unas semanas después en el litoral rocoso o en las cuerdas colectoras donde esas pequeñas larvas encuentran un ambiente perfecto para su fijación y prosigue pasado un tiempo cuando los productores recolectan la semilla para encordarla en la batea donde el mejillón crecerá, madurará y desovará, garantizando así la continuidad del cultivo antes de alcanzar un estado óptimo para su cosecha.

  • Obtención de la semilla (mexilla)

    En los meses de diciembre a abril los bateeiros se dirigen a las rocas más expuestas del litoral a coger la cría o mejilla, pequeños mejillones que recolectan empleando para ello las rasquetas.

    La recolección de cría también se realiza, en los meses de abril a septiembre, mediante cuerdas colectoras que están diseñadas para facilitar la fijación de las larvas de mejillón en la propia batea.

  • Encordado

    La semilla de apenas uno o dos centímetros de longitud se traslada a la batea o al barco, donde los productores confeccionan a mano las “cuerdas de mexilla”. Para ello, la cría se envuelve sobre las cuerdas con una fina red biodegradable que la mantendrá unida a la cuerda el tiempo suficiente para permitirle segregar el biso y fijarse a la cuerda.

    Tras el encordado, las cuerdas se amarran a las bateas y el mejillón permanecerá en el agua durante los siguientes meses mientras crece y engorda.

  • Desdoble

    Pasados entre 4 y 6 meses en el mar, el mejillón multiplica su peso y su talla, por lo que los bateeiros deben izar las cuerdas para proceder a su desdoble. Esto implica separar de las cuerdas los mejillones que ahora tienen una longitud de unos 5 cm, y redistribuirlos en nuevas cuerdas con menor densidad para facilitar su desarrollo y evitar que se desprendan de las cuerdas.

    De cada “cuerda de mexilla” se confeccionan entre dos y tres cuerdas de desdoble, que nuevamente se cuelgan en la batea para que el mejillón siga su crecimiento y engorde.

  • Cosecha y selección

    Aproximadamente un año después del desdoble, el mejillón alcanza su talla comercial y se realiza la cosecha. Los bateeiros izan las cuerdas con ayuda de la grúa del barco y lo depositan en la cubierta. Si el mejillón se va a destinar para su consumo en fresco, se limpia con agua de mar, se selecciona y clasifica por tamaño para su traslado a los centros de depuración / expedición. Si su destino es el mercado de elaborados y conservas, se traslada a granel en el barco al puerto de descarga, para su posterior transporte a los centros de elaboración.

    En todos los casos, en los puertos antes de su traslado a las empresas que lo elaborarán y comercializarán, el personal del Consejo Regulador realiza el control de calidad del mejillón.