Ría
Mejillón de Galicia,
la esencia del Atlántico
Conoce su biología, las prácticas de cultivo y la tradición que hacen de nuestro mejillón un alimento único por su incomparable sabor y calidad.
¿Qué diferencia al Mejillón de Galicia del resto?
La especie producida (Mytilus galloprovincialis) que es propia de nuestras costas, junto con nuestra forma de producir en batea que salvaguarda nuestra identidad y tradición, y el entorno donde se cultiva las rías gallegas que están reconocidas como uno de los mares más ricos del mundo, dibujan un alimento único con unas características organolépticas que lo singularizan.
Su intenso y atractivo color, su inconfundible aroma a mar, su sabroso sabor, la firmeza de su carne… diferencian al Mejillón de Galicia de los demás y hacen de él un alimento único e irrepetible.
La biología
del Mejillón
de Galicia
El Mejillón de Galicia es un molusco bivalvo cuyo cuerpo está protegido por una concha con forma de hacha, con un extremo puntiagudo y el otro ancho. Esta concha, de color negro azulado, está formada por dos valvas iguales de carbonato cálcico, con líneas concéntricas denominadas estrías de crecimiento.
Escondida en el interior de la concha, el cuerpo o vianda, tiene por lo general un vivo tono anaranjado. Tonalidad que es más intensa que la de los mejillones criados en otros mares. Ello se debe a que las aguas de las rías son muy ricas en fitoplancton, que son las algas microscópicas de las que se alimenta nuestro mejillón.
-
Estructura externa del Mejillón de Galicia
-
Estructura interna del Mejillón de Galicia
El mejillón se alimenta filtrando fitoplancton natural, con una capacidad de hasta ocho litros de agua por hora
Tradición histórica
-
antigüedad
El mejillón, un gran alimento del mar
La relación de Galicia con el mejillón se remonta al siglo VIII a.C., cuando las primeras poblaciones costeras recolectaban mariscos durante la baja mar, como evidencian los “concheiros”, acúmulos de conchas encontrados en el exterior de sus aldeas fortificadas (castros). Con el paso del tiempo en la Gallaecia romana el consumo de mejillón se extiende a los pueblos y villas del interior.
-
siglo XVIII-XIX
Consumo en las cortes y primeras experiencias de cultivo
Desde las Rías Gallegas, se enviaban pequeños barriles de mejillones y ostras sumergidos en «escabeche real» a la corte real para ser consumidos por la nobleza durante la Cuaresma. Don José Cornide Saavedra, regidor de Santiago de Compostela, destacaba al mejillón indicando que «su carne después de la ostra es la mejor y es de muy buen gusto». El mejillón en estos tiempos se consumía guisado, en tortilla, frito, en pasteles y con varios condimentos…
En esta época no existía un cultivo formal de mejillón; los mejillones se recolectaban de áreas específicas bajo concesión de algunas familias. Hacia el siglo XIX, comienzan las primeras experiencias de cultivo. Como explicaba el naturalista don Paz Graells en 1869, en Carril (Ría de Arousa) los mariscadores transformaron antiguos viveros de ostras en mejilloneras y allí se practicaba un eficaz cultivo de mejillón sobre caballetes.
-
primera mitad siglo XX
Las primeras bateas
Los ensayos para conseguir un cultivo estable de mejillón se intensificaron y en 1932 se instaló el primer vivero flotante de mejillón en la ría de Vigo. Lamentablemente por diversos motivos esta experiencia pionera no tuvo continuidad. Y hubo que esperar hasta los años 40 para que se iniciase el gran desarrollo de la mitilicultura gallega, gracias al propietario de «Viveros del Rial», que en 1945 decide intentar el cultivo de mejillón suspendido en la ría de Arousa.
Esta primera batea estaba diseñada con un único flotador de madera que sostenía un entramado de madera donde se colgaban cuerdas de esparto. Los buenos resultados de este prototipo llevaron a la instalación de 10 bateas en el puerto de Vilagarcía al año siguiente.
En 1949, se inician los fondeos en la ría de Vigo, y en 1954, se expanden a localidades como Cambados, O Grove, Bueu, Redondela y Pobra do Caramiñal. Al año siguiente, se instalan bateas en la Ría de Sada, y en 1956, en la de Muros.
-
mediados siglo XX
Expansión del cultivo
Las condiciones naturales propicias y el buen hacer de los primeros bateeiros hizo que el cultivo del mejillón en bateas se consolidara en unos pocos años, convirtiéndose en la principal actividad de la acuicultura española y pilar económico para muchas familias en la costa gallega.
Durante estos años, se innovaron estructuras y métodos de cultivo; los flotadores de madera se recubrieron de cemento para aumentar la seguridad y alargar su vida útil, se usaron tirantes de cable metálico para mayor estabilidad de las bateas y algunos productores adoptaron viejos cascos de barcos como flotadores…
Las cuerdas de esparto fueron reemplazadas por cuerdas de nailon, y se incorporaron materiales como acero y poliéster para mejorar la durabilidad, seguridad y el rendimiento de cultivo.
-
actualidad
Popularización y obtención de la DOP
Gracias al desarrollo la mitilicultura gallega se popularizó y extendió el consumo de mejillón en España y este marisco fue ganando protagonismo en nuestras mesas. Prueba de ello son las numerosas fiestas y romerías dedicadas al mejillón, algunas con más de cuarenta ediciones, que demuestran el arraigo que este bivalvo alcanzó en nuestra sociedad.
Hoy en día, el Mejillón de Galicia cuenta con un reconocimiento de su calidad única a través de la Denominación de Origen Protegida (DOP), lo que añade valor al producto y protege la sostenibilidad del sector.
Esta indicación impulsa inversiones en empresas elaboradoras y comercializadoras (depuradoras, conserveras, cocederos, elaboradores de pasteurizados,..) así como en empresas auxiliares (astilleros, construcción de ribera) y el sector servicios (finanzas, asesoramiento legal).
Rías
de Galicia
Galicia cuenta más de 2.500 kilómetros de costa, y sus rías son el ecosistema perfecto para el cultivo del mejillón. Los vientos del norte empujan las aguas superficiales (más templadas) de las rías hacia al océano, lo que permite la entrada en las rías de frías aguas profundas cargadas de nutrientes.
Esas aguas fertilizan nuestra costa y permiten el desarrollo de una ingente cantidad de alimento (microalgas) que es el pasto marino del que se nutre nuestro mejillón. Las aguas de Galicia tienen fama por producir en abundancia sabrosos mariscos y pescados.
El cultivo de Mejillón de Galicia se realiza en las rías de Vigo-Baiona, Pontevedra, Arousa, Muros-Noia y Ares-Betanzos, zonas clave para su producción.
Características de las rías dónde
se realiza el cultivo de mejillón
-
Longitud(KM)
Superficie(KM)
Volumen(M3)
Profundidad max.(KM)
Río
-
Ares-Betanzos
19
72
750
40
Eume
Mandeo -
Arousa
26
230
4.300
65
Ulla
Umia -
Muros-Noia
12
120
2.700
46
Tambre
-
Pontevedra
23
145
3.240
40
Lérez
-
Vigo
33
175
3.100
42
Oitavén
Lagares
Distribución de los polígonos
y bateas de mejillón en cada ría
-
Ría
Polígonos
de mejillónPorcentaje
de bateasNúmero
de bateas -
Ares-Betanzos
2
3,10%
105
-
Arousa
18
68,46%
2.319
-
Muros-Noia
4
3,60%
122
-
Pontevedra
7
10,13%
343
-
Vigo-Baiona
13
14,70%
498
-
TOTAL
44
100%
3.387
Técnicas
de cultivo
la batea
El cultivo tradicional del Mejillón de Galicia se realiza en la batea que es un vivero constituido por un sistema de flotación sobre el que se asienta un entramado de madera de forma rectangular, del cual penden las cuerdas de mejillón.
La batea es uno de los símbolos de Galicia y de nuestras rías, un elemento característico de nuestro paisaje marino y un sistema de cultivo único perfectamente adaptado a nuestras rías.
Mediante la tradicional batea los productores gallegos son capaces de aprovechar de la manera más efectiva, desde el punto de vista socioeconómico y ambiental, las capacidades productivas naturales del mar de Galicia, logrando convertir a nuestra región en el líder europeo de producción de mejillón.
Diferentes prototipos de batea usados a lo largo del tiempo.
El cultivo del Mejillón de Galicia, una forma de artesanía natural para producir un alimento de calidad.
Un cultivo extensivo totalmente natural y sostenible que no incorpora piensos, ni fármacos, ni ningún aporte artificial. Los bateeiros aprovechan la riqueza de nutrientes de las Rías Gallegas en armonía con el entorno, produciendo la mejor proteína animal con la menor huella de carbono y ambiental.
Es una actividad viable y socialmente equitativa, pues reparte la riqueza generada entre una amplia base social, familias y empresas con un fuerte arraigo con el territorio que mantiene viva la tradición de un cultivo que pasa de abuelos a padres y de estos a hijos.